14 enero 2011

Donde, entre otras cosas, comentamos la inaudita desfachatez del sindicalismo del régimen que se permite, muy suelto de cuerpo, confirmarnos mediante escrito adjunto al lote de merchandising de su franquicia sindical, que, donde se habla de la movilidad geográfica (hasta el infinito y más allá), debería hablarse en realidad de incentivación de los despidos incentivados (válgase la repugnancia)
PACTO CON DOLOR (2)
(Reestructuración y/o cierre de departamentos y oficinas)
Incluso el vodevil tiene sus límites (J.J.Millás)
Dado el silencio de unos (UGT y CSICA) y la habitual mezcla de omisiones, verdades a medias y mentiras absolutas de otros (CCOO), los trabajadores seguimos sin tener la posibilidad de conocer en profundidad, analizar y debatir el alcance y las consecuencias del acuerdo que firmaron a mediados de diciembre, después de la pantomima negociadora que ya hemos relatado en anteriores circulares. En tanto en cuanto esta intolerable situación de desinformación se sigue manteniendo, continuamos planteando algunas cuestiones que, por su transcendencia, deberían ser aclaradas.
A nadie se le puede ocultar que una de las características fundamentales del proceso de reconversión/achatarramiento/privatización de nuestra caja en el que estamos inmersos consiste en la reestructuración de departamentos y el cierre de oficinas, con la consiguiente pérdida de empleo directo e indirecto y los traslados de personal correspondientes.
Se supone que en una negociación seria, la patronal debería haber puesto sobre la mesa desde un primer momento los datos reales acerca de departamentos, oficinas y trabajadores afectados por la reestructuración para que la mesa de negociación tuviera algún sentido y no se limitara a ser un mero teatrillo mediante el cual se llevara a cabo lo previamente pasteleado entre los directivos de SIP y los directivos de las grandes franquicias sindicales y en el que a los trabajadores se nos adjudica el triste papel de convidados de piedra. En este caso, ni antes ni después de la firma del acuerdo, tenemos conocimiento de esos datos que, al parecer, los sindicatos firmantes no consideran necesarios para estampar su firma y, con ella, dar la conformidad a la nueva situación a la que, seguiremos recordando las veces que sea necesario, nos lleva la brillante gestión de quienes, con las complicidades de todos conocidas, ya se han preocupado de asegurarse puestos, sillones y salarios estratosféricos para seguir gestionando brillantemente y de forma apolítica, profesional y tal y tal el banco resultante de todo este sindiós.
Para que la patronal y, en nuestro caso, la dirección de Cajastur a la que tanto (malo) debemos, pueda realizar todos los cambios que desee sin tener que preocuparse con menudencias tales como nuestro derecho a no ser trasladados, exiliados o deportados a cientos de kilómetros de forma arbitraria sin posibilidad de recurso legal alguno, los sindicatos del régimen le conceden ¿gratuitamente? a dicha dirección este nuevo arma de destrucción masiva de nuestra vida laboral, personal y familiar.
Por si hubiera alguna duda acerca de que, lejos de ser una herramienta de (en su propio estomagante lenguaje) optimización y racionalización de recursos, lo que se ha aprobado en materia de movilidad geográfica mediante el acuerdo del SIP supone un intolerable atropello a nuestros derechos que busca facilitar los despidos encubiertos camuflados bajo el eufemismo de bajas incentivadas, los directivos de CCOO nos lo ponen bien claro en el escrito que acompaña al lote de productos (folleto en papel brillante acerca de lo muchos que son y lo encantados que están de haberse conocido y calendarios a todo color ¿será por dinero?) que remiten valija de empresa mediante:
“….se garantiza el empleo en los casos de cierre de oficinas, con compensaciones económicas para los traslados y bajas incentivadas para quienes decidan no aceptar el nuevo destino”
Caso Práctico: La dirección decide que el trabajador……………………………. (pon ahí tu nombre, teniendo en cuenta que este traslado puede afectar a cualquier trabajador, sea de departamentos o de oficinas al margen de que cierre o no cierre su unidad de trabajo) es totalmente idóneo y absolutamente necesario en la oficina de Matalascabrillas del Duque, distante de su domicilio habitual 954,25 kms (por ejemplo). Gracias a lo pactado, la dirección no tiene que basar su decisión en ningún baremo racional y el trabajador no tiene prácticamente ninguna posibilidad de recurso, pero, gracias a la inestimable labor de los sindicatos firmantes, puede acogerse a una baja incentivada y abandonar la empresa para sumarse a la cola del paro.
¿Qué te parece?
14 de Enero de 2011
P.D.: Ante la imposibilidad de debatir este y otros extremos con los firmantes del pacto (desaparecidos en sus despachos hasta la próxima campaña electoral) y por si alguien tiene dudas sobre la veracidad de lo que afirmamos en nuestros escritos, animamos a los trabajadores a intentar localizarlos y plantearles el ejemplo práctico que exponemos, invitándoles a negar lo que afirmamos desde la CSI (gracias al acuerdo que firmaron, cualquier trabajador, sea cual sea su destino actual, puede ser trasladado a cientos de kilómetros de dicho destino sin necesidad de justificación alguna) o, en caso contrario, a explicar por qué y a cambio de qué se aceptó tamaño desafuero