La dirección sigue
tomándonos por idiotas
Estrategia Comercial:
¿Preparando un nuevo ERE?
Perseverante y contumaz en su lamentable estilo y en
sus nefastas intenciones, la dirección continúa ejerciendo una presión
desmedida en su intento de que obliguemos a los clientes, sea cual sea su
perfil, su edad, sus necesidades y sus deseos, a efectuar las operaciones por
medio de los canales alternativos a la atención personal en las oficinas.
Los trabajadores de Cajastur llevamos demasiados años
soportando (y financiando con los recortes a nuestros salarios y la liquidación
de Cajastur) las ocurrencias del actual Consejero Delegado de Liberbank y (contra
toda lógica y contra toda ética) Presidente del Patronato de la Fundación
Bancaria Cajastur (anteriormente Presidente de Liberbank, Presidente de
Effibank, Presidente de Banco Base, Presidente de Banco Liberta, Presidente de
Cajastur, Presidente de HC, Presidente de Naturgas…. que el que vale, vale y si
además, tiene como padrino a José Ángel Fernández Villa, miel sobre hojuelas).
Nuestra experiencia nos enseña que las decisiones
estratégicas que, según el aparato de propaganda presidencial al exclusivo
servicio de intereses y ambiciones estrictamente personales, iban a
revolucionar las prácticas bancarias del mundo mundial e iban a redundar en un incremento
de la eficiencia y los beneficios de nuestra entidad, han resultado sonoros y
costosos fiascos que, en cualquier situación que no fuera ese maloliente charco
de putrefacción política, sindical y mediática que nos tocó vivir en esos
tiempos, hubiera supuesto, como mínimo, el cese fulminante del responsable.
El Banco de Agentes, el cierre del CPD, Infocaja, la
Red de Expansión, la compra de CCM, la privatización de Cajastur son, entre
otros, ejemplos claros de la nefasta
gestión de Manuel Menéndez.
Nefasta para nuestra Caja, para los clientes y los trabajadores,
obviamente. No tenemos ninguna duda de que, para ciertos personajes, éstos han
sido, y siguen siendo, años de muchos y variados beneficios tanto económicos
como en materia de ascenso social. Esperamos que algún día podamos conocer in
extenso las magnitudes de ese trasvase de riqueza de los bolsillos de los más a
las cuentas de los menos. Por nuestra parte, en ello estamos.
A día de hoy, dentro de este sindiós que resulta ser
la gestión de Liberbank por parte de su equipo directivo y de su consejo de
administración (el capitalismo de amiguetes elevado a la enésima potencia) estamos
padeciendo otra de esas iniciativas cuyo resultado, previsiblemente, va a ser
el mismo que las anteriores: fatal para la entidad y para los trabajadores, muy
bueno para los directivos y sus objetivos personales.
Una vez más, detrás del metalenguaje pedantuelo habitual
y la utilización de ridículos palabros (servicing, pricing, omnicanal,
comportamental….) que pretenden dotar de categoría científica a lo que no deja de
ser la clásica cháchara de libro de autoayuda neoliberal, lo que se pretende es una profunda modificación (en negativo) de
nuestra relación con los clientes y
de estos con la entidad, que pudiera servir como disculpa para, una vez agotada
la duración del ERE fraudulento actualmente en vigor, promover otro ERE, por
causas organizativas, derivado de la disminución de las tareas a realizar en
las oficinas.
Como siempre
decimos, nada más lejos de nuestra voluntad que apostar al pesimismo o al
catastrofismo, muy al contrario. Somos partidarios del optimismo consciente,
informado, organizado y peleador. Creemos que los trabajadores no podemos ni
debemos resignarnos a ser utilizados por estos oscuros personajes como si
fuéramos menores de edad o cortos de entendimiento. Ni nos engañan ni nos
dejamos engañar y, como elemento fundamental para enfrentarse a los atropellos
de que nos hacen objeto, debemos partir de un análisis correcto de las
circunstancias en las que nos encontramos. Con los antecedentes previos, la
ingenuidad es un lujo que no podemos permitirnos.
Por eso, una vez analizado su desarrollo, no nos creemos que esta iniciativa estratégica
comercial busque ningún beneficio ni para los clientes, ni para la entidad, ni mucho
menos para los trabajadores. A nuestro entender, forma parte del proceso de
liquidación/privatización de nuestras cajas y de nuestro futuro laboral y busca
defender los intereses de los especuladores que han tomado posiciones en el
accionariado de Liberbank y de los directivos que se blindan en sus puestos
para, entre otras cosas, evitar que sea enjuiciada la nefasta gestión que nos
ha llevado a la situación actual.
No
nos tragamos sus mentiras ni nos creemos sus cuentos.
Que
lo sepan.
Seguiremos
informando.
9
de febrero de 2016