“El que se quede, que se
joda”
Nuevo atropello de la dirección, con el coro de
plañideras del sindicalismo del régimen de fondo
Para el buen sindicalista del régimen,
los recortes salariales se dividen en dos:
si los firma él son perfectos,
si no los firma, son un horror
A
escasos días de la firma del nuevo ERE fraudulento, la dirección añade un
recorte salarial adicional a un grupo del amplio colectivo de trabajadores que
interesadamente denomina “directivos” para sustraerlos de la negociación
colectiva.
Al margen de cualquier otra consideración,
aclaramos que somos partidarios de todo tipo de recortes para quienes asumen su
papel de verdugos voluntarios como parte
de esta estructura siniestra que, a base de amenazas y de presiones
intolerables y sin respetar mínimamente la dignidad profesional y personal de
los trabajadores, nos intentan imponer el clima de miedo y desazón que dicta la
alta dirección y el consejero delegado. Quienes,
como directores territoriales o jefes de zona fundamentalmente, se dedican a
ejercer de tiranuelos a la imagen y semejanza de sus superiores, no nos merecen
la más mínima consideración y no merecen que se pierda un segundo en
preocuparse por su salario o su puesto de negrero. Muy al contrario.
Al resto de los compañeros (directores y subdirectores de oficina y sus equivalentes
en departamentos y servicios centrales) que intentan hacer su trabajo sin
pretender ganarse galones a base de apretarles las tuercas a quienes trabajan
en las unidades a su cargo es a quienes va dirigida esta circular.
El
hecho de que este recorte adicional se presente como voluntario, salvo manifestación
del interesado, y a devolver hipotéticamente en los ejercicios posteriores a la
finalización del tercer ERE fraudulento (en el caso, también muy hipotético, de
que, con la activa colaboración de los sindicalistas del régimen que no se hayan
prejubilado todavía, a este de ahora no le siga otro ERE y al siguiente otro, y
así hasta que el consejero delegado quiera), es una muestra más de la osadía de
la dirección y de su falta de respeto a quienes son objeto de esta medida y una
buena lección para quienes tengan la tentación de justificar de alguna manera
todos los atropellos que venimos sufriendo desde que el actual consejero delegado tuvo la posibilidad de implantar su muy peculiar teoría de la
Austeridad Salarial Ajena frente a la Acumulación de Sueldos y la Generosidad Retributiva propia (en
Asturias, desde 1.999, concretamente).
Para
nuestra (muy relativa, ciertamente) sorpresa, esta nueva tropelía directiva ha
desatado un aluvión de circulares por parte de quienes acaban de firmar,
deprisa y corriendo, a espaldas de los trabajadores (que, según ellos, ahora no
entendemos las bondades del tercer ERE fraudulento pero, poco a poco y con
ayuda de su inestimable pedagogía, acabaremos percatándonos de dichas bondades)
un acuerdo que recoge recortes inéditos en el sector por su volumen y por su
duración y que, aparte de prorrogar la movilidad geográfica ilimitada que la
dirección utiliza como amenaza y como herramienta de despido, es de una inusitada gravedad en
tanto en cuanto se avala con la firma de una mayoría sindical (los sindicatos
de BCLM (CCOO, UGT y CSIF) y sus franquicias en Liberbank, ya curtidos en el
arte de la traición sindical y los nuevos conversos de STC/CIC y la candidatura
independiente de Servicios Centrales de Asturias y Oviedo OP que están haciendo
méritos a marchas forzadas) la necesidad ineludible de efectuar dichos recortes
para garantizar la supervivencia de la entidad.
El
hecho de que en el mismo acuerdo se contemplen condiciones de salida de la
entidad más favorables que las existentes hasta ahora para un colectivo de
trabajadores en función de su fecha de nacimiento y que una buena parte de los
negociadores se encuentren incluidos en ese colectivo no hace más que añadir
dudas más que razonables acerca de qué se acordó realmente entre la dirección y
las cúpulas de los aparatos firmantes.
La
situación se vuelve más grave al constatar que, para que los trabajadores no
adquiriésemos nefastas costumbres tales como trabajar y cobrar sin ningún tipo
de recorte, los sindicalistas del régimen aceptaron acortar drásticamente el
periodo legal de negociación, dejando por definir situaciones como las que
ahora nos ocupa.
Esta
nueva trapacería de la dirección y esta nueva representación (un tanto
sobreactuados, como suele ser costumbre) de sus cómplices sindicales hacen
necesarias y pertinentes las siguientes preguntas:
Dada
la pericia negociadora y el riguroso trabajo sindical que se autoatribuyen sin
ningún rubor tanto los tradicionales traidores sindicales como los
recientemente sumados a este oficio de tinieblas, ¿No es lógico pensar que el hecho de dejar fuera del acuerdo la
situación de este colectivo ahora recortado ha sido una decisión deliberada que
explica entre otras cosas la decisión de expulsar de las reuniones sindicales
conjuntas a quienes no estábamos dispuestos a dar por buenas sin más las
propuestas de la dirección y exigíamos una verdadera negociación y no un simple
paripé como los que venimos padeciendo desde hace tiempo?
¿Sucedería en esas reuniones conjuntas
del sindicalismo del régimen algo análogo a los sucedido en el acuerdo del 2011,
en el que, una vez expulsada la CSI de la mesa de negociación, pudieron tratar
con toda tranquilidad y entre colegas el intercambio de cromos que consistía
fundamentalmente en cambiar buenas condiciones de prejubilación (que incluían
entre sus beneficiarios a directivos y sindicalistas firmantes) por la
aceptación de la movilidad geográfica ilimitada?
¿Pretenderán vendernos los sindicalistas
firmantes, al igual que hicieron en el 2011, la idea de que la dirección les
engañó, ya que aunque no hicieron constar que dicha movilidad geográfica debía
ser voluntaria, eso debería sobreentenderse, según su particular interpretación?
¿Dirán en este caso que no hicieron constar que mientras estuviera en vigor
este tercer ERE fraudulento no se efectuarían recortes adicionales a ningún
colectivo de trabajadores porque eso se sobreentendía también? ¿Volverán a ejecutar
el viejo y gastado truco de hacerse los tontos para seguir tomándonos por
idiotas a los trabajadores? ¿Pretenderán que nos creamos que la utilización del
cheque en blanco para los recortes que supone dar por buenos los argumentos
contables y organizativos de la dirección para este nuevo ERE fraudulento les
toma por sorpresa esta nueva estafa adicional?
¿Consideran que los trabajadores nos
vamos a creer eso de que los recortes son necesarios e ineludibles cuando ellos
los firman y no lo son cuando la dirección no los cree necesarios para otra nueva
traición?
¿Deberemos creernos que si la dirección
hubiese considerado pertinente incluir este recorte adicional en el nuevo ERE
fraudulento, los sindicalistas del régimen en vías de prejubilación se hubieran
opuesto a dicha firma?
A ti, qué te parece?
Imagínate a nosotros
Como
no podría ser menos, desde la CSI nos ponemos a entera disposición de aquellos
compañeros que decidan no aceptar este nuevo atropello.
Desde
el absoluto respeto a la decisión que tome cada afectado, recordamos que tarde
o temprano habrá que enfrentarse a este tipo de arbitrariedades y que callar no
arregla nada.
Por
nuestra parte, a seguir en la pelea.
Por
la cuenta que nos trae a todos.
24
de julio de 2017
P.D.:
la dirección sigue sin dar señales de acatar las sentencias de la Audiencia
Nacional, ratificadas por el Tribunal Supremo.
“Menéndez, ya basta, devuélvenos la
pasta”