Una vez firmado deprisa y corriendo el
nuevo ERE fraudulento, el sindicalismo del régimen pretende seguir tomándonos
por idiotas a los trabajadores
Vuelven las rebajas de Liberbank y vuelven
los patéticos argumentos de siempre
Sin apuntarnos a
ninguna teoría de la conspiración (ya la realidad en Liberbank es suficientemente
paranoide como para buscarle muchas más vueltas), es obvio que los sucesivos
ERES fraudulentos que venimos padeciendo suponen demasiados beneficios para la
dirección de Liberbank como para que les sea indiferente la actuación de los
diversos sindicatos y como para que no se establezcan estrategias comunes con
aquellos sindicalistas que, por motivos que ellos sabrán, están dispuestos a
firmar una vez más acuerdos lesivos para los trabajadores.
Los ERES que
hemos padecido hasta ahora nos han supuesto recortes en nuestros salarios por
importe de 420 millones de euros que han servido para financiar el banco
privado de los directivos y sus socios (350 en el caso de que el TS confirme la
anulación de las medidas unilaterales), la movilidad geográfica ilimitada como
herramienta para despedir y como amenaza con la que implantar una permanente
situación de tensión y miedo y, sobre todo, dar por buena la teoría del
Consejero Delegado de que, a pesar de su excelsa labor directiva, los
trabajadores no estamos a la altura de las circunstancias y, por eso, mientras
él se sube el sueldo por lo bien que lo hace, a nosotros nos lo recorta y,
además, debemos estarle agradecidos por no aplicarnos medidas más duras.
El nuevo ERE, además de la prolongación de
la movilidad geográfica ilimitada, supondrá que, en dos años y medio, otros 100
millones de euros de recortes en nuestros salarios se usarán para financiar el
banco privado del Consejero Delegado (el responsable directo de esta
insoportable política de personal que estamos padeciendo) y sus socios
bursátiles.
Una vez visto el
fracaso del primer ERE, los asesores legales de toda esta serie de atropellos y
estafas son mucho más cuidadosos y los máximos dirigentes de los sindicatos del
régimen tutelan de una manera más directa a sus franquiciados en Liberbank para
que no vuelvan a ser el hazmerreír del sector (el único ERE tumbado en las
Cajas trasformadas en bancos ha sido el de nuestra entidad). Por eso, el
supuesto proceso de negociación ha seguido un guion perfectamente trazado desde
el gabinete que asesora a la dirección para evitar deslices tan caros como el
del primer ERE.
En este
teatrillo sindical tan obvio figuran los protagonistas habituales (CCOO, UGT y
CSIF) y dos estrellas invitadas (STC y la Candidatura Independiente de
Servicios Centrales y Oviedo OP), cada uno cumpliendo la labor asignada en base
a su importancia numérica.
Con la firma de CCOO, UGT y CSIF la
dirección tenía asegurada la mayoría sindical que necesitaba, una vez que se
diese por válida la mesa negociadora a medida de esa dirección.
En este sentido, para boicotear la
iniciativa de exigir una mesa de negociación específica de Liberbank y sólo
para eso eran necesarios STC y la Candidatura Independiente, por mucho que
ahora sus dirigentes publiquen esas lastimosas circulares según las cuales su
enérgica y rigurosa actuación (nunca mejor utilizado el término) durante las
supuestas negociaciones fue la que determinó que la dirección no se atrevieran
a proponer medidas más duras y la que consiguió transformar un ERE
injustificado e injustificable (según decía CCOO escasos días antes de
firmarlo) en un acuerdo razonable con el que todos ganamos (algunos más que
otros, según nuestra humilde opinión).
Para intentar
convertir ese papel de figurantes con frase que les ha sido asignado en ese
otro de protagonistas absolutos con el que sueñan, los dirigentes de estos
sindicatos no han ahorrado esfuerzos: apoyaron la reducción al mínimo de los
plazos legales de negociación, apoyaron la expulsión de CSICA, CSI y APECASYC
de varias reuniones sindicales y, ante la falta de iniciativa de los sindicatos
de BCLM en Asturias, se han convertido en los principales voceros de las
bondades de este acuerdo absolutamente infumable.
Pero por muchas
medallas a la responsabilidad y al rigor en la negociación que quieran
autoimponerse ponerse unos y otros (los de siempre y los recién llegados) la
realidad es tozuda y no puede taparse con la habitual catarata de circulares
que, curiosamente, se publican después de firmar el acuerdo, cuando había
tiempo de sobra para haberlas publicado antes e, incluso (esto ya para
sobresaliente) para habernos pedido nuestra opinión a los trabajadores, que sin
ser tan listos como estos dirigentes sindicales, tal vez tendríamos algo que decir.
Por eso, desde
la CSI, queremos señalar varias de las circunstancias que ponen en evidencia la
falsedad de las afirmaciones de este cada día más numeroso conglomerado de
sindicalistas del régimen.
Es absolutamente falso que con este nuevo
ERE todos mejoramos. Al contrario, ninguno de los que permanecemos en la
entidad mejoramos nuestra situación. A partir del uno de julio, el ERE anterior
dejaba de estar en vigor y todos volvíamos a la situación anterior a dicho ERE,
sin recortes horarios ni salariales.
Las prisas en la negociación, aminorando
considerablemente los plazos impuestos por una legislación muy lesiva para los
trabajadores (el plazo legal nos permitiría llegar hasta el día 17 de julio),
lejos de ser una muestra de capacidad negociadora de unos y otros, es una clara
prueba de que el acuerdo ya estaba cocinado a espaldas de quienes lo vamos a
padecer y de que, a pesar de que había tiempo suficiente para ello, no se
quería llevar a cabo una verdadera negociación con luz y taquígrafos, más
necesaria todavía en una entidad donde la permanente traición sindical nos ha
llevado (en Asturias, desde 1999) a la lamentable situación actual.
Que los sindicatos firmantes nos digan en
sus circulares que con el paso del tiempo los trabajadores nos llegaremos a dar
cuenta de la bondad del acuerdo es, una vez más, un insulto a nuestra
inteligencia. Si a los sindicalistas del régimen les bastó con un power point y
un par de reuniones para estudiar con todo rigor y dar por buenos los
argumentos de la dirección, ¿no creen que los trabajadores de a pie y los
sindicalistas sin graduación podríamos llegar al mismo convencimiento con un poco
de esfuerzo pedagógico por parte de la dirección y sus mariachis sindicales? ¿o
tal vez, al igual que la alta dirección de Liberbank, no nos creen capacitados
para entender asuntos de esta supuesta complejidad?
Teniendo en cuenta el acuerdo del 2011 en
el que, de una forma descarada, se intercambiaron condiciones de salida para
quienes abandonaban la entidad por la movilidad geográfica ilimitada parece
obvio que nadie puede llamarse a engaño sobre la falta de equidad de un acuerdo
en el que se mezclan dichas condiciones de salida de los compañeros de más edad
con recortes y movilidad a quienes permanecemos en la entidad. Que algunos de
los sindicalistas firmantes (o de los que estuvieron en la negociación y, al
final, pusieron a firmar a otros) se encuentren (como en el caso del acuerdo
del 2011) en los tramos de edad para poder irse, no ayuda mucho a dar esa
imagen de negociación seria y transparente que nos quieren vender con los
estropeados argumentos de siempre.
También mantienen los propagandistas de
este nuevo ERE fraudulento como si fuera un mérito suyo que, al tratarse de un
recorte salarial derivado de un recorte horario, podemos solicitar el pago de
prestaciones de desempleo. Claro que sí, estaría bueno. El cobro del desempleo
es un derecho personal (que además está limitado en el tiempo y se agota al
utilizarlo) no algo que nos conceden ellos y la dirección de Liberbank. Pero,
salvo que nos hayamos perdido algo, los trabajadores queremos trabajar y cobrar
nuestros salarios íntegros y utilizar nuestro derecho a las prestaciones de
desempleo si tuviéramos la desgracia de ser despedidos (o trasladados a un
lugar imposible para que nos vayamos como suele pasar en Liberbank).
Para no hacer
más extensa esta circular (habrá más, obviamente), solamente hacer referencias a
un mantra muy pasado de moda que utilizan los propagandistas de esta nueva
estafa:
Lo más fácil es decir que no. O sea que,
según ellos, quienes dicen sí a las proposiciones deshonestas de la dirección
eligen el camino difícil, la palma del martirio, el sacrifico muchas veces
incomprendido en pro del pobrerío y la clase obrera en general y de los
trabajadores de Liberbank en particular.
Obviamente, este
patético aforismo tiene una segunda parte que no hace falta ni verbalizar:
quienes peleamos contra estos ERES fraudulentos elegimos el fácil sendero de la
demagogia y el populismo, la cómoda postura del negacionismo sindical, el dolce
far niente de la movilización, la antigualla de la pancarta y el megáfono y,
algunos, además, con el agravante de apoyar a otros trabajadores en lucha por
sus derechos y por sus puestos de trabajo…..
Sinceramente,
¿A ti, qué te parece?
¿Es más fácil decir que sí o decir que no
en Liberbank (y antes en Cajastur)?
Por nuestra
parte, a seguir en la pelea.
Contra los ERES
fraudulentos, contra las mentiras y contra las traiciones sindicales.
Seguiremos
informando.
03 de julio de
2017