29 abril 2009

UNA ASAMBLEA MOVIDA

La Dirección y el Equipo Directivo de CC.OO.
consiguen la aprobación de las cuentas
(aunque trabajo les costó)

UNA ASAMBLEA MOVIDA

En su estrategia conjunta para liquidar a la mayor brevedad posible la Mutualidad, y vistos los sonoros fracasos cosechados en anteriores asambleas, la Dirección de la Caja y la Dirección de CC.OO. tenían que conseguir, de la manera que fuese, que la asamblea a celebrar ayer transcurriese por los cauces prefijados en la Junta Rectora (donde la Dirección de la Caja ordena y CC.OO. obedece). A tal fin, era fundamental la aprobación de las cuentas del año 2008 (ejercicio donde por cuenta y riesgo de la propia Junta Rectora y sin información previa a los mutualistas, se procedió a la devolución de las comisiones incorrectamente cobradas debido al error cometido en el cambio de pesetas a euros).

Como en su momento informamos, la Junta Rectora (Dirección-CC.OO.) había establecido un curioso orden del día en el que la situación de la Mutualidad (con la revocación por parte de la Dirección General de Seguros de la autorización para ser Entidad Gestora del Fondo de Pensiones) se dejaba para el final de la Asamblea, en el punto de varios, cuando la lógica indicaba que debería ser el primer punto a tratar.

En un principio, a la Dirección y a CC.OO. no les salían las cuentas (estas tampoco y eso que no había que dividir entre 166,386), ya que a pesar de que, seguramente para evitar la repetición de fracasos anteriores, asistieron a la Asamblea diversas personas humanas de la total confianza de la Dirección cuya participación en actos de este tipo era inédita hasta ahora, no estaba claro el resultado de la votación acerca de las cuentas, fundamental para los propósitos de la Junta Rectora.

Esta situación de nerviosismo, unida a la estrategia de provocación que habitualmente utilizan cuando no tienen argumentos que debatir, hizo que nuevamente algunos sindicalistas profesionales de CC.OO. intentaran enzarzarse en las típicas broncas barriobajeras en las que tan a gusto parecen encontrarse. En el papel que les corresponde en el nuevo reparto de tareas (realizar el trabajo sucio contra quienes osan u osamos discrepar de las directrices presidenciales) no reparan en medios, por rastreros que sean. La mentira, el insulto, el intento de convertir en una riña personal lo que tiene que ser un debate (todo lo encendido que se quiera) sobre propuestas y actuaciones en el seno de la mutualidad….., todo vale para estos personajes, acostumbrados a hozar en los albañales del sindicalismo burocrático donde la pelea por despachos, liberaciones y el modus vivendi justifica cualquier maniobra por abyecta que sea (menos trabajar, de todo). Podríamos utilizar el consabido no se puede caer más bajo, pero en este caso no pasaría de ser una mera figura retórica, ya que seguramente, y en breve, veremos como sí se puede caer más bajo.

Ante la cerrazón de la Junta Rectora que, con argumentos tan democráticos como que el orden del día lo fijan ellos y “es el que es”, al igual que en su momento manifestaron que “las cuentas son las que son” (quiera decir esto lo que quiera decir), rechazó la propuesta de votar el cambio de orden del día, jaleada por algunos “espontáneos” entre el público que, sin haberse percatado en su momento de la pequeña diferencia entre pesetas y euros nos trataban de ignorantes a quienes no teníamos memorizado el reglamento de la mutualidad, se llegó a la aprobación de las cuentas del 2008 sin haber debatido previamente la situación a la nos había conducido las decisiones tomadas por la Junta en ese año.

El resultado de la votación justifica el nerviosismo (no así el comportamiento) de la Junta Rectora: de un total de 100 mutualistas presentes en el momento de la votación, 48 votaron a favor de la aprobación de las cuentas, 16 se abstuvieron y 36 votamos en contra. Un grupo de mutualistas hicimos constar nominalmente nuestro voto en contra como requisito legal previo a la presentación de impugnaciones.

Llegado el punto de varios y ante la revocación dictada por la Dirección General de Seguros, la Junta Rectora se dedicó a echar balones fuera: negó haber mantenido una actitud pasiva ante el mandato de la Asamblea de establecer los mecanismos que permitieran que la Mutualidad siguiese conservando su carácter de Gestora del Fondo de Pensiones, manifestó que desconocía la existencia de un plan de viabilidad elaborado a instancias de anteriores miembros de la Junta Rectora, no aclaró, más bien al contrario, las preguntas acerca de la devolución de las comisiones indebidamente percibidas por la Entidad Depositaria (la Caja), tampoco despejó las dudas sobre las posibilidades de recuperar las cantidades ingresadas a Hacienda (la parte correspondiente a los ejercicios no prescritos) mediante la reclamación de las cuotas del Impuesto de Sociedades de esos años y efectuó unas supuestas aclaraciones sobre la cobertura de la póliza que Caser mantiene para las prestaciones del Plan de Pensiones (esa cobertura cuya absoluta garantía a futuro evita dar demasiada información e impide cualquier debate la gestión en este asunto tan importante) que, lejos de aclarar nada, nos dejan sumidos en un mar de dudas acerca de prestaciones futuras, excedentes supuestamente multimillonarios, titularidad de los activos del Plan y, en general de todo lo relativo a la situación real y a las expectativas futuras de nuestro Plan de Pensiones.

En la propia Asamblea (y no previamente como sería lo lógico) fuimos informados de que se había recibido un informe de un acreditado despacho de abogados (todo esto ha de ser escrito en clave, ya que según la Junta Rectora, el hecho de haber encargado y pagado dicho informe no nos autoriza a difundirlo entre los mutualistas) en el que, respondiendo al mandato de la anterior Asamblea de la Mutualidad, se estudiaba las posibilidades de emprender acciones judiciales contra quienes (salvando la responsabilidad de los compañeros que formaron parte de la Junta Rectora durante los años del desastre) ya sea como XXXXXX, como XXXXXX o bien como XXXXXXX realizaron una gestión negligente que dio como resultado la actual situación de la Mutualidad. Dicho informe, según se nos informó, avala la tesis de que pueden exigirse daños y perjuicios contra estas entidades (las de las X), por su negligente actuación.

A petición de la Asamblea, la Junta Rectora se comprometió a estudiar estas posibilidades legales de reclamación de responsabilidades y plantear a los mutualistas las medidas a tomar para la concreción de las posibles demandas derivadas de esta situación. Estamos a la espera.

Para finalizar, ante la pregunta de un mutualista acerca de la falta de aplicación de los cambios legislativos que obligan a una independencia absoluta entre la Depositaria del Fondo (la Caja) y su Gestora (la Mutualidad), lo que impediría la presencia de la Dirección de la Caja en ambos órganos, el presidente de la Junta Rectora manifestó que “desconocía”(sic) esas directrices legales.

Resumiendo: la Dirección y la Dirección de CC.OO. consiguieron avanzar en su intención de dar carpetazo a la Mutualidad.

Ahora viene la segunda parte:
¿Qué pasó, que está pasando y qué va a pasar en el Plan de Pensiones?

28 de abril de 2009