Comienza el curso escolar y la dirección sigue atropellando el derecho a la conciliación de la vida familiar y laboral
Hasta 2019, la única posibilidad de adaptar el horario laboral en vistas a conciliar la vida familiar y laboral, consistía en solicitar una reducción horaria con reducción también del salario.
Obviamente, con la paulatina pérdida de poder adquisitivo de las familias trabajadoras necesitadas de este tipo de medidas más aun teniendo en cuenta que en muchos casos son familias monoparentales donde sólo entra un salario, esta es una solución que deja fuera a mucha gente.
A raíz del Real Decreto 6/2019, el Estatuto de los Trabajadores recoge que “las personas trabajadoras tienen derecho a solicitar las adaptaciones de la duración y distribución de la jornada de trabajo, en la ordenación del tiempo de trabajo y en la forma de prestación, incluida la prestación de su trabajo a distancia, para hacer efectivo su derecho a la conciliación de la vida familiar y laboral”, añadiendo la flexibilidad horaria sin reducción de jornada y sin reducción de salario como posibilidad para compatibilizar trabajo y vida familiar.
Esta medida de flexibilidad horaria puede solicitarse siempre que se necesite conciliar la vida laboral y familiar para cuidar a otros familiares de hasta segundo grado (hijos, abuelos, padres o hermanos).
En el caso de que solicite la adaptación de la jornada para conciliar la vida familiar con hijos a cargo del trabajador, este derecho se puede solicitar hasta que los hijos o hijas cumplan doce años, con carácter general y más allá de esta edad si algún hijo tuviera necesidades especiales.
Quienes quieran acogerse a esta medida deben dirigirse a la empresa, comunicando su situación y solicitando la flexibilidad horaria que necesita para conciliar la vida laboral y familiar.
A partir de aquí, lo que sigue es lo que debería hacer una empresa normal, ya no digamos una entidad del tamaño de Unicaja a las que, como a todas, se le llena la boca con conceptos tan edificantes (y tan poco practicados) como la igualdad, la inclusión, el respeto a los derechos de los trabajadores, etc., etc., etc.
La empresa debe ponerse en contacto con el solicitante abriendo un periodo de negociación con el trabajador durante un periodo máximo de treinta días.
Finalizada la negociación, o el plazo de treinta días, la empresa comunicará por escrito al trabajador la aceptación de la petición, o planteará una propuesta alternativa o manifestará la negativa a cualquier cambio explicando el motivo de la negativa.
Esto, como dijimos, es lo que haría una empresa normal.
Pero estamos hablando de Unicaja, entidad que, lamentablemente, parece haberse contagiado del Modelo de Dirección Sociopática incubado en ese oscuro saco de maldades que era la dirección de Liberbank.
Unicaja ni negocia, ni propone alternativas, ni se molesta en manifestar por escrito el motivo de su negativa.
A lo más que llega es a ofrecer la posibilidad de entrar y salir quince minutos más tarde, cosa que, obviamente, no resuelve ningún problema a quien necesita flexibilidad horaria. Y también recuerda que, en los casos contemplados por la ley, puede solicitarse reducción horaria con reducción salarial.
Ante esta nefasta actitud de la empresa (cuyos directivos, con sus inflados salarios, no tienen ningún problema para contratar personas que efectúen los trabajos de cuidados si lo consideran necesario), la salida que queda a quienes sufren este atropello es presentar la demanda correspondiente ante los tribunales.
Como es público y notorio, desde la CSI reclamamos una política de personal razonable que no nos obligue a los trabajadores al permanente recurso a los tribunales, ya sea para defender los derechos colectivos o los derechos individuales.
Quien, una vez más, sigue apostando por la judicialización de la vida laboral en Unicaja es la dirección de la entidad, mostrando de nuevo su incapacidad profesional y su absoluta falta de criterio.
Por nuestra parte, como siempre, nos ponemos a disposición de los compañeros afectados.
Porque la igualdad no es solamente una hermosa palabra, sino un derecho que tenemos que pelear entre todos para todos.
A seguir.
7 de septiembre de 2022