04 mayo 2017

Continúa el saqueo: algo huele a podrido en la Fundación Bancaria Cajastur. ¿Qué esconde el veto de Manuel Menéndez a la representante de Gijón?



¿Qué esconde el veto de Manuel Menéndez a la representante de Gijón?

Continúa el saqueo: algo huele a podrido en la Fundación Bancaria Cajastur

El proceso de liquidación y privatización de Cajastur es la historia de la utilización de lo que era, por más de 130 años, patrimonio de todos los asturianos en beneficio de los grupos de poderes fácticos, desde las cloacas de la política y el sindicalismo del régimen hasta las familias de la más rancia oligarquía regional, pasando por los fondos buitres que, como su nombre indican, acuden a la carroña resultante de la nefasta gestión de unos directivos que, a pesar de los pesares y contra toda lógica, siguen atornillados a sus inmerecidos cargos, a sus obscenos salarios y a su intolerable y patético discurso acerca de la profesionalidad, apoliticismo y austeridad de su labor.

La historia del ascenso profesional y social del actual consejero delegado de Liberbank (aupado a presidente de Cajastur por un personaje como José Ángel Fernández Villa, antiguo mandamás del SOMA y del PSOE, al que, ahora, todos aquellos que hacían cola para besarle las nalgas niegan haber siquiera conocido) es el relato una insólita acumulación de poder, posible sólo gracias al avanzado estado de podredumbre de la vida política y económica de Asturias, donde unos y otros se ponían de acuerdo para saquear lo público en beneficio propio. 

Esta escalada, sin reparar en medios ni en escrúpulos, ha ido acompañada por el férreo control de todos aquellos organismos que pudieran plantear algún tipo de inconveniente legal en el proceso de acumulación de poder (y del dinero resultante del ejercicio de dicho poder). Sirvan como ejemplo el vergonzoso espectáculo de los órganos de dirección de Cajastur (salvo muy contadas excepciones) convertidos en un club de fans del entonces presidente de la entidad, la vomitiva sumisión (nada desinteresada, obviamente) del parlamento y del gobierno asturiano en el que PSOE y PP competían en servilismo y desvergüenza a la hora de aplaudir las decisiones del mismo y los publirreportajes (a tanto el halago) acerca de sus excelsas virtudes profesionales y personales con las que el periodismo sobrecogedor nos obsequiaba de forma recurrente. 

De todo lo que denunciamos acerca de lo que pasaba, y de lo que iba a pasar, en nuestra caja (en la más absoluta soledad en muchas ocasiones) puede hacerse un repaso releyendo algunas de numerosas circulares que publicamos y que figuran en nuestro blog. Decir lo que todos callaban no nos salió gratis, pero consideramos que el sindicalismo no puede permanecer callado ante los atropellos y las injusticias y en esa tesitura seguimos.

A raíz de todos los desastres ocurridos en los últimos años y de las modificaciones legales que acompañaron al monumental atraco que supuso la privatización de las Cajas y teniendo en cuenta que el papel del consejo de administración de Liberbank se reduce a aprobar todas y cada una de las decisiones del consejero delegado (así, levantando la manita disciplinadamente, se ganan más de 100.000 euros al año los mismos personajes que aprueban recortes brutales y fraudulentos a los trabajadores), los únicos órganos que desde la estructura interna de la entidad pueden y deben ejercer el control sobre la gestión de dicho consejero delegado son las Fundaciones Bancarias, herederas de las antiguas cajas y teóricas defensoras de los intereses de dichas entidades que, después de muchas peripecias que esperamos que algún día investigue la justicia, dieron lugar a la formación de Liberbank.

En el caso de la Fundación Bancaria Cajastur (propietaria del 30% de las acciones del banco), el inexplicable (o no tanto) afán de control por parte del consejero delegado de Liberbank hizo que agotase todos los plazos para estar al frente de dicha fundación mientras le fue posible y que introdujese en ella, junto a personas de una valía y un prestigio admirable a los que usar como escudo de sus decisiones y sus intereses personales, a un reducido grupo de individuos que, ya como empleados o ya como miembros en su momento de la asamblea general de la Caja habían demostrado el suficiente grado de sumisión.

En noviembre de 2016, el ayuntamiento de Gijón, entidad fundadora de Cajastur, eligió como representante de la ciudad en la fundación bancaria Cajastur a una abogada con una amplia y reconocida trayectoria en la defensa de los derechos de los trabajadores. Entre otros conflictos laborales, nos representó a los trabajadores de Cajastur/Liberbank como abogada de la CSI, presentando las demandas que permitieron tumbar el primer ERE fraudulento y (a reserva de la decisión final del Tribunal Supremo) las medidas unilaterales igualmente fraudulentas impuestas por la dirección previamente a la firma del ERE posteriormente anulado con CCOO y UGT.

Una semana después, el parlamento asturiano, heredero de los derechos como entidad fundadora de la extinta diputación provincial, elige a su representante en la misma fundación, para sustituir a Manuel Menéndez que, por imperativo legal (a la fuerza, ahorcan) tuvo que dimitir como presidente de dicha fundación, dando fin al esperpento de compatibilizar su cargo en Liberbank con la dirección del órgano que, en defensa de los intereses de Asturias, debía controlar su gestión.

El candidato elegido por el parlamento asturiano contaba entre sus múltiples méritos profusamente divulgados por sus valedores haber sido vocal en la Fundación Hidrocantábrico-EdP bajo la presidencia del actual consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez. A buen entendedor….

Otro de los méritos del elegido que, seguramente por descuido o por modestia propia, para no apabullarnos a los pelones de a pie, se olvidaron de hacer público es que el representante del principado en la fundación Bancaria Cajastur había sido miembro del consejo consultivo de Sagardoy Abogados, el gabinete de los ERES fraudulentos de Liberbank.

Mientras que el exmiembro del consejo consultivo de Sagardoy Abogados fue incorporado de manera inmediata al Patronato de la Fundación Bancaria Cajastur, la abogada que peleó contra los ERES fraudulentos de Liberbank no ha podido tomar posesión de su cargo ya que la fundación se niega a reconocer ese nombramiento.

Obviamente, ese veto de la fundación bancaria Cajastur al legítimo derecho de la representante de Gijón es fruto de las órdenes directas de Manuel Menéndez, ejecutadas por quienes el mismo Menéndez ha puesto en dicha fundación para controlarla y para evitar que alguien, en cumplimiento de su obligación y en defensa de los intereses de los ciudadanos y no de los grupos de poder que se están beneficiando del saqueo de Cajastur, pueda plantear algún inconveniente en los propósitos de quien hasta ahora, ha hecho y deshecho en Cajastur y en Liberbank sin ningún tipo de oposición interna. 

Ante esta nueva tropelía, nos planteamos las siguientes preguntas:

¿Por qué Manuel Menéndez veta a la representante de Gijón en la Fundación Bancaria Cajastur? ¿Qué teme? ¿Qué esconde? ¿Qué no quiere que se pueda saber?¿Necesita más complicidades absolutas para negociar la venta de Liberbank sin tener en cuenta los intereses de Asturias o para imponer nuevos recortes a los trabajadores?

¿Defender la legalidad y los derechos de los trabajadores es motivo de veto para pertenecer a la Fundación Bancaria Cajastur y las relaciones con el gabinete de abogados que defendió la ilegalidad y el atropello a los trabajadores en los ERES fraudulentos de Liberbank no lo es?

Después de todo lo que hemos visto y padecido ¿Va a tener más poder un producto de la peor política asturiana devenido en banquero privado después de su nefasta gestión en Cajastur que los ciudadanos de Asturias y más en concreto, que los ciudadanos de Gijón?

A ti, qué te parece?

A nosotros, lo mismo

Seguiremos informando

4 de mayo de 2017

P.D.: otra pregunta pertinente:

¿Por qué el representante del Principado (o mejor dicho, de los intereses de Manuel Menéndez y Sagardoy Abogados) en la Fundación Bancaria Cajastur ha rehusado por dos veces (una por supuestos problemas de agenda y otra por supuestos problemas de salud) su obligada comparecencia en el parlamento asturiano para explicar su actuación en el veto a la representante de Gijón?