El
discurso del Consejero Delegado (2):
hablar
por no callar
Un
escalofriante descenso a los insondables abismos de la hueca cháchara
neoliberal
¿Esto es un
saqueo? No, es el mercado, amigo
(Rodrigo Rato, otro privatizador de cajas)
Ayer, coincidiendo
con la presentación de los resultados del ejercicio 2017, ha tenido lugar una
nueva edición de la conferencia a distancia del Consejero Delegado dirigida a
los trabajadores.
Una vez vista la
anterior, no esperábamos mucho (más bien nada), de esta nueva charla y, en este
sentido, curtidos como estamos de espantos discursivos, no nos ha decepcionado.
Como es sabido,
hace años, quienes predicaban la necesidad de la existencia de desigualdades e
injusticias como parte inmutable del orden social eran los curas (con muy
escasas y honrosas excepciones). Para administrar una supuesta sabiduría
superior a la de la plebe a la que se dirigían, predicaban en latín y, como
referencia que todo lo justificaba y todo lo explicaba, se escudaban en la
voluntad de un dios todopoderoso.
Actualmente, ese
nuevo dios ante el que todos debemos arrodillarnos y al que hay que ofrecer
todo tipo de sacrificios humanos se llama mercado y, al igual que entonces, sus
sumos sacerdotes (economistas, directivos, directivillos y diversos personajes
del mismo jaez) se expresan en una extraña jerigonza en la que, sustituyendo
los latinajos por palabros en inglés, se persigue el mismo propósito: asombrar
a los papanatas, amedrentar a los ignorantes y hacer pasar por ciencia objetiva
los argumentos que sólo buscan la defensa de los privilegios de un reducido
grupo de personajes.
En eso consistió
este nuevo sermón del Consejero Delegado: un monótono discurso, trufado de
barbarismos, adornado con un aluvión de cifras y porcentajes de amplio espectro
que lo mismo quieren decir una cosa que la contraria en función de los
intereses del conferenciante y una continua referencia a la voluntad del
mercado como suprema referencia de todo lo hecho y por hacer en Liberbank.
A nuestro
entender, hubiera sido más correcto, teniendo en cuenta nuestra situación,
sustituir la genérica palabra mercado por la expresión (un tanto más cruda,
pero más realista) “los fondos buitre con residencia en paraísos fiscales que,
previa invitación, han tomado posiciones en Liberbank para, como su propio
nombre indica, especular a corto plazo”.
En todo caso, con
ser tan previsible y tan penosa la primera parte de la intervención del
Consejero Delegado, en la segunda, destinada a contestar las preguntas
recibidas, la absoluta falta de empatía con los trabajadores y clientes hizo un
retrato desolador de lo que podemos esperar de quienes nos dirigen.
Sobre una posible
operación corporativa no dijo ni que sí ni que no, sino todo lo contrario, en
función, nuevamente, de los deseos del mercado, dejó claro que seremos los
últimos en enterarnos y vino a decir que, si al final nos venden será también
responsabilidad de los trabajadores.
Sobre la posibilidad de homogeneizar las condiciones
de los distintos colectivos de trabajadores mantuvo, al igual que ya había
manifestado en ocasiones anteriores, que no se podía pretender igualar por
arriba las diferentes situaciones salariales y laborales existentes en la
entidad. De seguir igualando por abajo, que es lo que lleva haciendo desde
siempre, no dijo nada, pero, aun así, se le entendió todo.
Por encima de
todo, en este turno de respuestas, hay que destacar varios conceptos que,
referidos a trabajadores y clientes, demuestran la falta absoluta de respeto a
uno y a otro colectivo.
Respecto a los trabajadores, al parecer el Consejero
Delegado considera que bastante tenemos con seguir trabajando como para que
haya quien se atreva a preguntar por incentivos y, por otro lado, también
considera que, en todo caso, si no estamos contentos aquí, podemos buscar otro
puesto de trabajo. Qué original y ocurrente!
Respecto a los clientes,
opina que, si siguen (los que siguen) en nuestra entidad es porque están
contentos, ya que si no podrían buscar otra.
O sea, que nada de
autocrítica ni de evaluación del resultado de las políticas laborales y
comerciales llevadas hasta ahora.
A seguir con la
política del garrotazo y tentetieso a trabajadores y clientes.
En resumen:
Una nueva pérdida
de tiempo para volver a constatar que detrás del habitual discurso vacío y
recurrente no hay nada nuevo que merezca la pena ser escuchado.
8 de febrero de
2018
P.D.: Por si
fueran pocas las intolerables presiones que estamos sufriendo en el día a día, se
suma ahora la nueva amenaza vertida por el Consejero Delegado.
Al parecer, la
posibilidad de que nos vendan (con consecuencias nada halagüeñas para nuestros
puestos de trabajo, según dejo entrever) depende de la valoración que “el
mercado” haga de nuestra eficiencia y nuestra productividad.
El día 6 de febrero,
las acciones de Liberbank cayeron un 4,35%.
El día 7, subieron
un 9,05%.
¿Estuvimos todos
de baja por gripe el día 6 y fuimos eficientísimos el día 7 o será más bien que
“el mercado” no tiene nada que ver con la vida real de la gente real por mucho
que diga, desde un plasma, el Consejero Delegado de Liberbank?
A ti, ¿qué te
parece?
Imagínate a
nosotros.