La Inspección de Trabajo
comienza sus visitas
En el día de ayer, diversos centros de trabajo de
Cajastur recibieron la visita de una inspectora de trabajo que despejó
cualquier duda acerca de las consecuencias del incumplimiento del horario
establecido en el ERTE que estamos padeciendo gracias a la Troika. Entre otras cuestiones,
la inspectora dejó claro lo siguiente:
·
Al margen de que
se esté percibiendo prestación de desempleo o no, todos los empleados estamos
incluidos en el ERTE y tenemos la obligación de cumplir de forma estricta el
horario establecido en él.
·
Aparte de las responsabilidades
personales en que incurre quien incumple ese horario (recordamos que en el caso
de estar percibiendo el desempleo, además de las consecuencias económicas, el
código penal recoge como delito penado con cárcel este tipo de actividades), la
empresa podría ser sancionada con cantidades de hasta 10.000 euros por
trabajador. Es fácil de imaginar las consecuencias que tendría esta sanción
económica en el futuro laboral y profesional de la persona que origine dicha
sanción.
·
Actividades como
convocatorias de reuniones por la tarde son claramente ilegales y quienes
participan en ellas pueden ser sancionados, por mucho que algunos jefecillos se
empeñen en seguir convocándolas. A este respecto, recordamos a todos los
compañeros que las jefaturas de todos los niveles están dejando a los pies de
los caballos a los trabajadores que son imputados penalmente por comercializar
subordinada y preferentes, por lo que resulta conveniente tener claro que no
van a dar la cara por nadie y que cada uno es responsable de sus actos y de las
consecuencias derivadas de ellos, sin que sirva de nada escudarse en la
obediencia debida.
En resumen:
Si con la situación en que nos encontramos todos y
sobremanera los compañeros afectados por las medidas más duras, algún inmoral
pretende hacer méritos ante la dirección ofreciéndose a trabajar fuera del horario establecido en el
ERTE, va a tener el justo castigo que se merece (aparte del repudio del resto
de los compañeros, obviamente). Afortunadamente, estamos convencidos que no hay
muchos animales de este pelaje entre nosotros.
Si un jefe, jefecillo o bípedo semejante intenta
presionarte para que incumplas el horario, recuérdale las responsabilidades
legales en que pretende hacerte incurrir, pídele que te lo ordene por escrito o
graba la conversación (es absolutamente legal) e informa a los representantes
de los trabajadores. Veremos cuánto les dura la arrogancia habitual.
26
de septiembre de 2013