19 septiembre 2013

Desbordante solidaridad de la sociedad asturiana con los ejecutivos de Liberbank en riesgo de exclusión social






Desbordante solidaridad de la sociedad asturiana con los ejecutivos de Liberbank en riesgo de exclusión social

Colecta solidaria
La cuestación efectuada hoy por la mañana a iniciativa de los trabajadores de Cajastur y en beneficio de Manuel Menéndez y otros ejecutivos privatizadores ha demostrado, una vez más, que debajo de esa aparente indiferencia social acerca de los sufrimientos ajenos, late un corazón colectivo que se conmueve profundamente ante situaciones tan injustas como las que padecen estos santos varones y sus familias. 
 

Si la noticia de que, según él, Manuel Menéndez sólo va a cobrar (en Liberbank, que en lo demás está por ver) algo más de 500 euros al día  ha generado una honda preocupación entre la ciudadanía, la confirmación de que el ex director general de Cajastur, después de trabajar (¿?) nueve años en la Caja se ha tenido que marchar con sólo 600.000 euros libres de impuestos de indemnización para volver como miembro del Consejo de Administración cobrando unos míseros 2.500 euros por reunión, está causando una imparable ola de indignación ante la injusticia cometida con este santo varón de reconocido prestigio en su desconocida profesión.
 

Reflejo de esta sensibilidad social ante la situación de estos personajes y sus familias (sí, verdaderamente de sus familias la gente se acordaba bastante) ha sido la participación de personas de todo tipo y condición social y económica en la colecta, aprovechando además la presentación en sociedad del nuevo billete emitido por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre que suena insistentemente para sustituir al euro: el Manolo (equivale a 500 euros o, en su defecto, al salario efectivamente percibido cada día, festivos y vísperas incluidos, por aquelquetecuento, por lo que su valor real puede ser muy superior al facial).
 

Decenas de Manolos fueron depositados por trabajadores de Cajastur y anónimos ciudadanos para contribuir a esta noble causa tanto en Escandalera como frente a la sede del gobierno regional, adonde nos desplazamos para recoger el óbolo del alegre y laborioso presidente del principado, Javier Fernández (PSOE), cuya sensibilidad ante la situación de estos privatizadores carenciados es bien conocida.


 
Como en la sede del Gobierno no parecía encontrarse el susodicho (o bien se encontraba durmiendo la siesta matinal) nos desplazamos hasta La Guinda, chiringuito del PSOE (otro más) en las fiestas de San Mateo, donde, según una leyenda urbana muy extendida, el presidente del principado se aparece en carne mortal en escogidas ocasiones para hacer como que trabaja en la barra, arremangándose y todo.
 
Tampoco tuvimos suerte en esta segunda ocasión, ya que aquello parecía cerrado por traspaso, igual que el gobierno regional, pero no damos esa batalla (como ninguna de las otras) por perdida.
Seguimos en ello.