17 noviembre 2010

Negociación condiciones laborales SIP

Entre lo Nefasto y lo Funesto


(Tremenda Disyuntiva

en la Mesa Laboral Única )

Como patética disculpa para votar a favor de la Privatización de nuestras Cajas, los Sindicatos Adjuntos a la Patronal nos vendieron las excelencias de un Acuerdo de Buenas Intenciones que, entre otras cosas, señalaba lo siguiente:

“…las representaciones empresariales asumen el compromiso de no adoptar de manera unilateral medidas laborales basadas en la aplicación de los artículos 40,41,47,51 y 52 c) del Estatuto de los Trabajadores que estuvieran basadas en las mismas causas y durante el proceso de integración en el SIP. En todo caso, las representaciones empresariales se comprometen a no adoptar tales medidas durante el proceso de negociación, con el límite del 31 de Diciembre de 2010.”

Acogiéndose a esta circunstancia, alguno de los sindicatos negociadores está intentando extender la curiosa (partiendo de quien parte) idea de que “a partir de enero, la patronal puede hacer lo que quiera” (sic), en lo que parece ser un intento de ponerse la venda antes de la herida ante la posibilidad de un acuerdo a la baja firmado de prisa y corriendo con la disculpa de que peor sería que la patronal pudiese “hacer lo que quiera”.

En base a esto,

¿Se pretende firmar ahora lo que quiere la patronal para evitar que la patronal haga lo que quiera a partir de enero?

Si la patronal “puede hacer lo que quiera”

¿Para qué se supone que estamos los sindicatos? ¿Vamos a consentirlo? ¿O es más cómodo (y más beneficioso para algunos) subirse a la burra de la patronal y presentar las propuestas de ésta como positivas para los trabajadores?

A menos de mes y medio para que expire esta supuesta garantía, no hay avances significativos en las negociaciones (o por lo menos, los trabajadores no hemos sido informados de éstos si los hubiera o hubiese). Ante esta situación, caben dos alternativas (a cada cual más espantosa):

(Alternativa A): Estamos asistiendo a una representación previamente pactada entre patronal y sindicatos en la que cada uno representa su papel en la mesa negociadora para, después de los consabidos desencuentros y reencuentros, amenazas de movilización no consumadas, circulares grandilocuentes y demás parafernalia se firma finalmente lo que ya se había pactado en un primer momento.

(Alternativa B): La patronal, después de pactar con las directivas de los Sindicatos Adjuntos aquello que le interesaba: una mesa laboral a la medida de sus intereses y una supuesta confidencialidad de las negociaciones (¿Qué será lo que no quieren que sepamos tanto unos como otros?) que al parecer sólo afecta a los trabajadores y no a la Prensa del Régimen, se toma con toda la calma del mundo el proceso negociador, dejando que la presión de los plazos y la incertidumbre acerca del futuro nos desgaste y nos ponga “en condiciones” de aceptar resignadamente cualquier acuerdo.

Como veis, tanto una como la otra, tremendas alternativas para los trabajadores.

¿No será el momento de exigir que la patronal ponga negro sobre blanco el contenido de sus planes para que los trabajadores conozcamos cómo tiene pensado acometer esta reconversión del sector a la que, recordamos una vez más, nos ha llevado una gestión manifiestamente mejorable de esa misma patronal?

¿No será el momento de que los centenares de delegados sindicales de las cajas de nuestro SIP valgamos para algo más que para sumar mayorías a favor de la Mesa Única que le interesa a la patronal?

¿No será el momento de la movilización sindical? ¿No son necesarias ahora las concentraciones de delegados, encierros, manifestaciones y demás actividades sindicales en protesta por la actitud de la patronal?

¿Qué opinas tú?



16 Noviembre de 2010