20 julio 2013

Dos Cartas






Dos Cartas

Publicada en La Nueva España

Carta abierta a dos sindicalistas

19 de Julio del 2013 - Jesús Ramón Elías García (Gijón)

Apreciados compañeros:

Quizás el término «compañero» no sea el más adecuado en este momento, pero lo utilizo por ser el más coloquial.

Soy uno de los afortunados que disfrutan de las mejoras alcanzadas con vuestra decisión de firmar el último acuerdo como representantes de los sindicatos de clase y nuestra entidad.

Puede que las intensas y largas horas vividas, los numerosos cálculos utilizados, os nublaran la vista y os hicieran perder la razón de ser de cualquier sindicato, desde la noche de los tiempos, defender a los trabajadores, afiliados y no afiliados. Lo mejor hubiera sido dejarlo para otro día, incluso exponerlo y pedir la opinión de quienes lo podrían sufrir, seguro que en mayor medida que vosotros.

También es bueno reconocer que uno no siempre está preparado para retos o decisiones importantes y transcendentales, máxime si afectan a otras personas, o incluso que el nivel personal no está al nivel para representar a nadie, no pasa nada, siempre habrá otras personas más implicadas y seguro que más cualificadas.

Tomada la decisión y vista su aplicación, no cabe decir que nos engañaron o que se malinterpretó el contenido del acuerdo y por tanto la validez de vuestra firma al mismo. Sería como reconocer que no sabéis donde estamos, con los años que lleváis en la entidad, es difícil de entender. Lo mejor habría sido el silencio y no intentar meter el dedo en el ojo ajeno y especialmente causar daño a familias enteras, truncando todo cuanto pudieran tener previsto realizar.

Espero que algún día la casualidad haga que nos encontremos y tenga la oportunidad de decíroslo a la cara y mirándoos a los ojos, como los hombres y las personas deben decir las cosas, aunque para vosotros eso, después de esto, os será imposible.

 

Publicada en El País

Cajastur en la encrucijada

Estamos asistiendo a la desaparición de una de las entidades más emblemáticas y populares que teníamos en Asturias. Hace algún tiempo también perdimos a otra de estas mismas características. Me refiero a Hidroeléctrica del Cantábrico y esto a pesar de la lucha que se mantuvo para defenderla en su día de la OPA de Fenosa.

En el caso de la Cajastur, es absolutamente incomprensible que una institución financiera considerada hace unos años como la más importante del Principado se haya convertido, entre otras razones y sobre todo últimamente por una serie de fusiones y absorciones difícilmente justificables, en otra sociedad, Liberbank, que ha tenido que recibir ayudas y cuyo futuro resulta bastante incierto.

Esta situación supone para el Principado de Asturias un notable deterioro por la falta de apoyo que Cajastur tradicionalmente venía prestando, tanto desde el punto de vista económico a particulares y empresarios, como también a través de su obra social y cultural, de la que se beneficiaba la gran mayoría de la sociedad asturiana.

Alguien debería dar una explicación, pero los que tendrían que hacerlo siguen en silencio, aunque algún día se sabrá toda la verdad.— José Antonio García Fernández.