Increíble pero cierto
El máximo dirigente de CCOO
Liberbank se refugia en una comisaría de policía del centro de Oviedo huyendo
de los trabajadores de Cajastur
(Antiguamente, el
titular lógico hubiese sido: dirigente
sindical acaba en comisaría por defender
a los trabajadores.
¡¡Qué tiempos tan extraños nos tocan vivir!!)
Hoy jueves tuvo lugar por fin la reunión de CCOO en la que su principal
dirigente a nivel de Liberbank tuvo a bien desplazarse hasta este territorio díscolo
para, en teoría, dar explicaciones de la traición de la que nos han hecho víctimas
a todos los trabajadores con la firma, junto con UGT, del acuerdo ilegal y fraudulento
que recoge las más aviesas intenciones de la dirección y que ésta ha pretendido
usar como tapadera legal de todos los atropellos a los que nos lleva sometidos
en los últimos tiempos.
Como habíamos acordado, un grupo de trabajadores nos concentramos a
las puertas del local donde tenía lugar la reunión para hacer constar nuestro
desacuerdo con la estrategia de la permanente traición de UGT y CCOO y para exigir que se nos diese una
explicación acerca de la firma del acuerdo fraudulento e ilegal ya que,
afiliados o no, consideramos que tenemos derecho a ella, en tanto en cuanto
dicha firma nos afecta directamente. Igualmente consideramos que la representatividad
que permite firmar o no firmar acuerdos se consigue mediante los votos de
afiliados o no afiliados y debe emplearse para defender los mismos principios y
los mismos objetivos que figuraban en el programa electoral y, por encima de
todo, debe servir para defender los derechos de los trabajadores y no para
venderse y para vendernos (por muy sabroso que sea el precio de compra) a la
dirección.
Por lo que nos iban comentando los compañeros que salían de la
reunión, Genillo hacía suya la doctrina Rajoy: tengo los votos suficientes para
hacer lo que quiero, aunque sea contrario a mis promesas y me importa un pito
lo que digan ni los afiliados ni los votantes; para mayor abundamiento, anunció
que está dispuesto a firmar una nueva traición, pero mejor orquestada esta vez,
para que sea más difícil tumbarla en los tribunales (obviamente, no lo dijo con
estas palabras, pero ese es el sentido de su discurso).
El ambiente caldeado generado por estas noticias, sumado al intento
del tal Genillo de ignorar olímpicamente, como si no existiéramos, a quienes estábamos
a la puerta del local de CCOO hizo que un grupo de nosotros siguiéramos sus
pasos una vez que abandonó el local, pidiéndole explicaciones por sus
traiciones presentes y futuras, recriminándole su actitud impropia de un
sindicalista y expresándole nuestra opinión (nada favorable, por cierto),
acerca de las consecuencias para nuestras vidas y las de nuestras familias de
su rastrera actividad como cómplice de Manuel Menéndez.
En su errante huída, vagó despavorido, con nosotros detrás, por
las calles del centro de Oviedo hasta que, no sabemos si por causalidad o
porque ya había sido informado previamente por sus guías locales, topó con la
comisaría de policía enclavada frente al Hotel de la Reconquista, donde se
adentró como alma que lleva el diablo, no sabemos si sólo para escapar de las reclamaciones
de los obreros o también para interponer una denuncia. En breve sabremos esto último.
En todo caso, creemos que en tanto en cuanto sigan afirmando con
todo el descaro que van a volver a traicionarnos, no es mala cosa que
recordemos a estos individuos, vergüenza del sindicalismo, que no se puede
jugar impunemente con los salarios y los puestos de trabajo de miles de
compañeros y que trabajar para el enemigo no puede salir gratis.
Que cunda el ejemplo.
Así fue la cosa y así os la hemos contado.
Genillo: recuerdos de los
astures, nosotros también te queremos