Coronavirus:
continúa la chapuza, la improvisación y el tira, que libras
Hoy ha tenido lugar una
reunión por medios telemáticos entre la dirección y los sindicatos para tratar
la situación actual respecto al coronavirus y al desarrollo de las medidas que,
tarde y mal, se están tomando tanto en el terreno de la prevención como en la
actuación frente a casos concretos de infección.
A día de hoy, sigue sin
proporcionarse el material necesario y adecuado a los compañeros que están
trabajando en las oficinas: las mascarillas que llegaron ayer son desechables a
los pocos usos, los guantes y el gel no han llegado y no se sabe cuándo
llegarán…. Y en el tema de la limpieza, sigue faltando en muchos casos
coordinación entre la dirección, la empresa adjudicataria del servicio y las
compañeras limpiadoras, a las que también su empresa les ha prometido que
llegará el material de protección y los elementos necesarios para la limpieza y
desinfección de las oficinas.
Sobre la dotación de
personal en las oficinas, la dirección todavía no tiene decidido si, en función
de la duración y el alcance de la actual situación, va a efectuar rotación de
trabajadores y/o va a cerrar provisionalmente alguna oficina.
Como se ve, lo que se
hacía mal sigue haciéndose mal y de lo que estar por hacer no se sabe nada.
Una demostración más, por
si alguien tenía alguna duda (no es nuestro caso, obviamente) de que el equipo
directivo de Liberbank sólo es rápido y contundente a la hora de aplicar
recortes fraudulentos a los trabajadores.
En todo caso, desde la
CSI seguimos, como siempre y más que nunca, en la pelea por los derechos de
todos los compañeros.
Y la salud es el primero
de esos derechos.
Para cualquier incidencia
o consulta, poneros en contacto con los delegados del sindicato.
Seguiremos informando
19 de marzo de 2020
P.D: Resulta muy grave
que, como está sucediendo en una oficina de Gijón, ante la situación generada
por posibles coronavirus, la lógica recomendación del servicio médico sea
cerrar dicha oficina y que la intervención de un directivo obligue a seguir
teniéndola abierta y que los mismos trabajadores que han tenido contacto con
los posibles infectados, en vez de estar en cuarentena, tengan que seguir
trabajando en dicha oficina.
Ante esta situación
intolerable, que no puede ser aceptada ni en este caso concreto ni como
precedente para otros casos, hemos presentado ya denuncia
ante la Inspección de Trabajo, copia de la cual hemos remitido a la
dirección para que tome las medidas necesarias para una urgente resolución de
este caso y para que no se repitan esta serie de actuaciones que contradicen
todo el discurso oficial de dicha dirección en el sentido de que la salud de
los trabajadores es lo primero y ponen de manifiesto el descontrol de la
situación y la falta de directrices claras y tajantes a la estructura directiva
acerca de cómo actuar ante situaciones que la torpeza y la prepotencia de algún
directivillo puede hacer aún más graves de lo que son.
Obviamente, aparte de la denuncia ante Inspección de Trabajo, nos
reservamos otras actuaciones legales para estos casos en que la salud de los
trabajadores se ponga en riesgo más aún por este tipo de decisiones arbitrarias
que la dirección debería, de ser ciertos sus slogans publicitarios, atajar de
raíz inmediatamente.